viernes, diciembre 28, 2007

una buena rola del mastuerzo








El ropavejero

Hice cuentas y he notado
muchas cosas que he guardado
no me sirven y las tengo que dejar
el señor ropavejero
va empujando el tilichero
y ahora mismo se las voy a regalar

un pedazo de mi vida
una risa carcomida
un amor despostillado en un jarrón
un cariño desgastado
un olvido postergado
tu recuerdo despintado en un cartel

tengo retos empolvados
entusiasmo maltratados
y unas ganas rotas dentro de un belis
una critica vencida
en muletas todavía
un talento enmohecido en un sillón

ei, señor ropavejero
tiene muchas cosas que cargar
los trebejos que me estorban
lo inservible
lo que sobra
no lo vendo se lo quiero regalar

una dignidad cansada
un retaso de nostalgia
dos hilachos de criterio y de razón
un historia apolillada
mi vergüenza ensangrentada
mil verdades remendadas de ficción
una revelida sin filo
y otras modas sin estilo
un colchón agujerado de pasión

ei, señor ropavejero
tiene muchas cosas que cargar
yo me quedo para siempre lo que sirve y que se vende
lo que vale en este mundo materia

lo que vale en este mundo material.

Paco Barrios “el mastuerzo”

jueves, diciembre 06, 2007

nocturno para violin y piano de F. Chopin

Quiciera que la novela que estoy trabajando sea igual de rompe madre que esto, osea, está cabrón, muy cabrón... por ahora los invito a darse un rato, quiero decir a escucharla.

Saludos


pd.-uta creo que no se pudo ps ahi busquenal si les interesa

de la novela que estoy leyendo

"De todas formas, el recuerdo de otros tiempos parece alzarse como un dique invisible entre mi libertad y las estancias prohibidas."
Manuel Echeverría
"La noche del grito"

viernes, octubre 26, 2007


YO NO DIRIJO AL MUNDO







“y cuando más odie al actual Des Grieux, tanto más añorará al de antes, aunque
hubiera existido solamente en su imaginación” Dostoievski(el jugador)



Hay cordones que nunca llegan a cortarse plenamente.
Esa noche conocí el departamento de policía de la ciudad. El frío, es en verdad más duro ahí. Me hubiera gustado conocerlo de día, pero no pidieron permiso para llevarme. La oficina estaba repleta de animales, luego vieron otros vestidos de negro, todavía más ineptos. No hacían más que formular preguntas estúpidas; jamás comprenderían lo que sucedió, son tan imbéciles.
De pronto, me asaltó una imagen terrible, el pantalón estaba empapado en una incontenible orina fría. La veía ahí, en el asiento lateral del coche de Roberto, cubierta de un rojo espléndido que bajo luz de luna se tornaba un púrpura indescriptible. Así es como la recuerdo, tenía el cabello hermoso como siempre aunque más despeinado y negro de lo normal. El reciente faje justificaba la situación del pelo, el color, nunca pude explicármelo. Chorreaba púrpura por el orificio de la frente, los ojos radiantes y el semblante preciso. Me sentí culpable por haberle manchado el lunar gris de la mejilla, pocas cosas me gustaban tanto de ella desde el primer día. Estuve así hasta que dejó de excretar aquel fluido, limpiando el lunar frecuentemente.
Me observaba fija segundos antes del disparo, lloraba muy suave y preguntaba cosas con la mirada. Le expliqué varias veces que su dolor era nada comparado con el que yo sentía: Aunque no lo creas, éste, es para mí un estado excesivamente masoquista. Si alguien va a matarte será tu más ferviente admirador. Para matar a alguien hay que amarlo demasiado.
Hay cordones que nunca llegan a trozarse plenamente.
No comprendió nada de lo que le dije, sin embargo, estuve seguro de que lo haría después. Con un beso, señale el lugar preciso en la frente. Al final no pude evitar pedirle perdón por haber derramado tanto líquido púrpura, era la primer vez que hacía algo semejante.
Las preguntas no cesaban en la comandancia. Al él, no lo maté yo, fue el miedo, si se hubiera quedado quieto hasta que los paramédicos llegaran no habría pasado. Le disparé sólo para que se quedara quieto, de cualquier manera, también yo me revolqué alguna vez con una de sus viejas, pero siempre estuvo repleto de miedo. Todos recibimos lo que merecíamos, es justicia natural.
Como lo suponía, los animales de negro no entendieron nada o no quisieron entender.
-Me dedico a vivir en el mundo, y el mundo dice: sulfúrense, asesinen. ¿Por qué culparme a mí?

Yo no dirijo al mundo.

Bernardo Araujo

martes, octubre 02, 2007

No se olvida...




A estas alturas, la colección de señalamientos de carácter político incriminatorio de unos con respecto a otros, y después de tantos años, ya acumula un buen legajo y es bastante significativa: Echeverría responsabiliza a Díaz Ordaz de los sucesos de Tlatelolco; Norberto Aguirre. Palancares, Corona del Rosal, Rodolfo González Guevara y otros, responsabilizan a Echeverría; Alfonso Martínez Domínguez afirma que el 10 de junio lo planeó y ejecutó Echeverría, pero existen decenas de declaraciones que lo incriminan a él directamente.
A las víctimas del 2 de octubre se les debe una reparación y a los responsables un castigo.



La deuda está pendiente.

martes, septiembre 18, 2007

Dos textos de un poeta en toda la extensión

Eliseo Diego y Nicolás Guillén




por selva oscura... Un poema no es más que una conversación en la penumbra del horno viejo, cuando ya todos se han ido, y cruje afuera el hondo bosque; un poemano es más que unas palabras que uno ha querido, y cambian de sitio con el tiempo, y ya no son más que una mancha, una esperanza indecible; un poema no es más que la felicidad, que una conversación en la penumbra, que todo cuanto se ha ido, y ya es silencio.


TESTAMENTO


Habiendo llegado al tiempo en que la penumbra ya no me consuela más y me apocan los presagios pequeños; habiendo llegado a este tiempo; y como las heces del café abren de pronto ahora para mí sus redondas bocas amargas; habiendo llegado a este tiempo; y perdida ya toda esperanza de algún merecido ascenso, de ver el manar sereno de la sombra; y no poseyendo más que este tiempo; no poseyendo más, en fin, que mi memoria de las noches y su vibrante delicadeza enorme; no poseyendo más entre cielo y tierra que mi memoria, que este tiempo; decido hacer mi testamento.

Es este: les dejo el tiempo, todo el tiempo.


Eliseo Diego

miércoles, agosto 08, 2007

imágenes dispersas

LAMENTOS 1



EL JUEGO TERMINÓ


ESTA ES COMO PARA POSTAL NO


LA TROCA

MUÑECA


MIRAME A LOS OJOS



Bernardo Araujo

viernes, junio 29, 2007

Que maneras mas curiosas de recordar tiene uno

MARIPOSAS

Hoy viene a ser como la cuarta vez que espero
de estar que se que no vendrás mas nunca
he vuelto a ser aquel cantante en aguacero
que hizo casi legal su abrazo a tu cintura
y tu apareces en mi ventana
suave y pequeña con alas blancas
yo ni te miro para que duermas y no te vallas
que maneras más curiosas de recordar tiene uno
que maneras más curiosas
Hoy recuerdo mariposas que ayer solo fueron humo
mariposas mariposas
que emergieron de lo oscuro
bailarinas, silenciosas
tu tiempo es ahora alguna mariposa
florecita blanca, callada nerviosa
siglos atrás inundaron un segundo
debajo del cielo
encima del mundo
tu tiempo es ahora alguna mariposa
navecita blanca, delgada nerviosa
siglos atrás inundaron un segundo
debajo del cielo
encima del mundo.

Así eras tu aquellas tardes divertidas
así eras tu la furibunda compañera
eras como esos días en que eres la vida
y todo lo que tocas se hace primavera
¡Hay mariposa! tu eres el alma de los guerreros
que aman y cantan
y eres el nuevo ser que se asoma por mi garganta
Que maneras más curiosas de recordar tiene uno
que maneras más curiosas
hoy recuerdo mariposas que ayer solo fueron humo
mariposas mariposas
que emergieron de lo oscuro
bailarinas, silenciosas
tu tiempo es ahora alguna mariposa…

Silvio Rodriguez

lunes, junio 25, 2007

PERSONAJES

ESPERANDO

HORA DE COMER


JUEGOS DE ATARDECER


OFRECIMIENTOS 1


OFERCIMIENTOS 2


LA CAJA MUSICAL

COMO EL PRIMER PASEO


CONTRASTES DELA VIDA


EL JUEGO DE LA ESTUATAUA


EL VIOLINISTA

Bernardo Araujo

jueves, abril 26, 2007

lunes, febrero 12, 2007

dos poemas de J. Berger

La llanura maritsa

Los agrónomos de apuntados zapatos

saltan sobre el perro muerto
arrastrado hasta la cuneta
y entrando en los campos se agachan
a examinar un puñado de tierra negra
el viento envuelve los ligeros trajes
contra sus cuerpos
como un gran ventilador experimental
y en sus bancaleslos campecinos embutidos en chaquetas
acolchonadas
levantan la vista y preguntan
¿qué esperan encontrar
en nuestra tierra?

El cuerpo del amor

Curtidos como postes
por las partidasy los fantasmas blancos
de los que se fueron,
envueltos en lonas
hablamos de pasión.
Nuestra pasión es la sal
en la que se cuelgan los pellejos
para hacer de una bisagra de piel
el cuero del amor.

John Berger


La primera impresión que deja la obra de Berger –Premio Booker Prize en 1972– es que se trata de una prosa poética y narrativa que abarca diversos géneros literarios en uno mismo. Es decir, todo en su lenguaje son fragmentos, mezclas, trozos, introducciones, combinaciones, retazos, en el tejido narrativo de unas tramas siempre existentes por debajo de su prosa, pero que hay que perseguir hasta la exasperación. Con un lenguaje deslumbrante que se mueve sin estridencias entre la narratividad y el irracionalismo, en cada uno de sus libros traza un mapa descarnadamente autobiográfico.

"Al contrario de lo que nos enseñan en la escuela –dice Berger– siempre he pensado que la palabra ‘poeta’ es un adjetivo. Un adjetivo que no tiene nada que ver con el término ‘poético’. Cuando se dice ‘es poeta’ se describe una cualidad que incluye, entre otras cosas, el valor y la sinceridad. Por eso no me parece apropiado autocalificarse ‘poeta’. Decir ‘soy poeta’ equivale un poco a decir ‘soy inolvidable’. Mejor dejar que juzguen los otros."

"El éxito de la sociedad actual –afirma Berger– es una cuestión de cantidades: números de copias de un disco, de visitantes a una exposición. Es ahí donde manda el mercado, pero el mercado ignora que lo que importa del arte es su vida subterránea, lo que ocurre cuando una persona se ve afectada por lo que ha visto, ha escuchado, ha leído. Esa persona deja ya de ser la que ha sido, puede actuar de manera diferente."



Fragmentos de "John Berger: el golpe poético de la mirada" de Miquel Ángel Muñoz